La novela “El buscador de finales” de Pablo de Santis (ed. Alfaguara, 2009) habla precisamente de esto, de la dificultad de encontrar un buen final para un libro.
El protagonista es un joven llamado Juan Brum, un apasionado de los comics de la editorial Libra. Un día se presenta en la editorial para buscar trabajo como dibujante, pero le dicen que tiene que empezar desde el escalón más bajo, como cadete, el encargado de los repartos y envíos.
Este trabajo le permite conocer a todos los trabajadores de la editorial y tener acceso a la 8ª planta, donde se encuentran los guionistas, quiénes esperan con impaciencia los mensajes de Sanders, el buscador de finales. Los guionistas y escritores de novelas siempre se atascan cuando llega el momento de escribir el final de la historia. Sanders lee la historia y encuentra un objeto que le permite al guionista terminar la historia.
Juan recibe el encargo de ir a recoger un paquete a casa de Sanders y esto le permitirá conocer al anciano y descubrir su método para buscar finales. Sanders recibe una historia sin concluir y contesta enviando un paquete con un objeto en su interior. Movido por la curiosidad, Juan mirará el contenido de los paquetes para comprobar que los objetos no parecen tener ninguna relación con las historias.
Un día es interceptado y le roban la caja. Decide ocultar el robo e incluir él mismo un objeto para concluir la historia. Nadie nota la diferencia, salvo el buscador de finales, que le cogerá como ayudante. Junto a él descubrirá el método que utiliza para buscar los finales y la relación entre los objetos y la historia.
Pero este es el comienzo de la aventura. Juan tendrá que enfrentarse a la Agencia Últimas Ideas cuya misión es terminar con el buscador de finales. El joven será la clave para resolver el enfrentamiento entre el viejo Sanders con su método imaginativo para buscar finales y la Agencia con su método científico y artificial.
Este libro es una historia muy original e intrigante que defiende el valor de la libertad en la literatura y el poder sin límites de la imaginación.
Por supuesto, no te puedo desvelar el final, tendrás que buscarlo tú mismo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario