Las horas crueles

Editorial Espasa publica Las horas crueles, el regreso de Marto Pariente, uno de los escritores más premiados de la novela negra contemporánea. 

Un country noir que nos sorprende por su prosa tan ágil como gamberra y por su elenco de personajes al más puro estilo Fargo.

Un ex policía, inhabilitado y metido a detective sin licencia, tocado emocional y psicológicamente al no haber superado el fallecimiento de su mujer, formará equipo junto a una peculiar investigadora, también marcada por su pasado, llena de fobias, obsesiones e impulsos descontrolados. 

Una atípica pareja de protagonistas que se verá inmersa en una investigación que va a poner en marcha un complejo y peligroso engranaje, con fuerzas oscuras actuando en la sombra. Un caso en el que sólo hay una certeza: no puedes fiarte de nadie. 

Con un ritmo frenético, un estilo gamberro y desenfadado, unos personajes inclasificables y una trama llena de acción y suspense, la diversión está asegurada para el lector que se sumerja en sus páginas.    

 

Marto Pariente (Madrid, 1980), escritor y funcionario del Estado. Reside en Alovera, un tranquilo pueblo de Guadalajara, junto a su mujer y sus dos hijos. Con su segunda novela, La cordura del idiota, ha conseguido ser finalista del Premio Tormo Negro-Masfarné 2020, del Pata Negra de Salamanca 2020, y ha sido ganador del Premio Novelpol 2020 y del Premio de Novela Cartagena Negra 2020. @martopariente.

 

La novela comienza con una potente escena. Tomás Moreda, conocido como el Monstruo de la Tejera Negra, lleva seis meses de libertad, después de cumplir de forma íntegra la condena de treinta años por acusado de haber matado a sus dos hijos pequeños. Tomás no recuerda qué sucedió aquel fatídico día ni qué ocurrió con sus hijos, cuyos cuerpo no seguían desaparecidos, pero más de treinta años sufriendo la pena, la culpa y la persecución de sus compañeros de prisión, implacables con todos aquellos delincuentes que tiene a los niños como sus víctimas. 

Una vez fuera de la cárcel, la situación no ha cambiado, y Tomás se encuentra huyendo y situado ante una encrucijada con dos únicas salidas: o salta desde lo alto del cortado a las aguas del Bornova o muere a manos de quien lo está persiguiendo. Tarda poco en resolver el dilema. 

El misterio sobre el destino de Tomás y el de sus dos hijos, será investigado por Constanza Desaparecidos, una agencia que se dedica a continuar con la búsqueda de desaparecidos cuando la policía ya ha agotado todos los recursos. La madre de Tomás, convencida de su inocencia, contrata sus servicios.  

La agencia cuanta con Eliana Santoro para la investigación, con fantasmas y obsesiones que marcan su carácter, pero incorporará a un nuevo activo, Frank Durán, un ex-policía expulsado del cuerpo «por sentimental». Frank tiene una asesoría en la que se dedica a investigar delitos menores, algo que tiene prohibido por una inhabilitación judicial. A lo largo de la trama iremos descubriendo las razones de esa inhabilitación. 

Frank tiene marcada unas normas y reglas que nunca se ha saltado. Nada de desaparecidos ni da casos relacionados con niños, pero las facturas sin pagar que se le acumulan, le llevan a aceptar la propuesta de Constanza Desaparecidos.

En compañía de Eliana, y alentado por su antiguo jefe y amigo, emprenderán un descenso a los infiernos por los bajos fondos de la ciudad de Guadalajara, en una trama cada vez más oscura y peligrosa, que les sumergirá en la historia, la geografía y las creencias ancestrales de los pueblos de la Sierra Norte, mientras son acechados por un enigmático personaje, Samael, un demonio con siniestras intenciones.