Edaf publica una deliciosa edición de El Principito Antoine de Saint-Exupéry, con un formato cuidado y acuarelas del autor.
“Nuestro planeta, el único verdadero, es el que contiene nuestros paisajes familiares, nuestras casas cálidas, nuestras ternuras”, escribía Saint-Exupèry ya en una de sus obras, quizá adelantando lo que muchos estudiosos confirmarían con el paso del tiempo: El Principito es una novela autobiográfica, todo nos recuerda a los personajes que conoció en sus distintos viajes y continentes, las plantas que cuidó en diferentes latitudes y los animales que tuvo que domesticar durante las largas estancias como corresponsal de guerra en distintos parajes y desiertos, como el del Sahara, como ya se observa en las acuarelas originales de la obra.
Él, en el exilio, de alguna forma sentía la necesidad de volver a su casa, e igual que el pequeño príncipe, su alter ego, quería regresar a su asteroide y a su rosa, no sin antes crear todo un legado de crítica y manual de filosofía sobre los valores y la condición humana, así como la extrañeza que le produce el mundo adulto, a pesar de ser considerado un libro infantil por la forma en que está escrito.
El clásico alegórico, famoso en todo el mundo, El Principito, es una lectura imprescindible para cualquier biblioteca: un relato profundo sobre la soledad y la pérdida, el amor y la amistad. Pocas historias son tan leídas y tan universalmente apreciadas por niños y adultos como esta.
Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944). Novelista y aviador francés, sus experiencias como piloto fueron a menudo su fuente de inspiración. Coincidiendo con su carrera como piloto en la compañía Latécoère, en 1926, publicó su primer relato breve, El Aviador, en la revista literaria Navire d’Argent. Fue destinado en Cabo Juby, al sur de Marruecos, como jefe de estación; será aquí donde escriba su primera novela, Correo del Sur en el año 1928, dando inició así a una producción literaria basada en sus experiencias como piloto. En 1931 publicó la novela Vuelo nocturno, obra con la que obtuvo el Premio Femina, considerado como uno de los galardones más importantes de las letras francesas.
En 1939 publicó Tierra de hombres, obra de corte autobiográfico en la que narra su trayectoria como aviador y corresponsal, siendo de destacar sus reflexiones sobre el humanismo. Y en 1942 escribe Piloto de guerra, libro en el que plasma sus experiencias durante la contienda. Será en 1943, también en Nueva York, donde nacerá la gran obra que le catapultó a la universalidad, El Principito, la gran fábula infantil de alto contenido lírico y filosófico, donde el pequeño protagonista reflexiona e interroga sobre las relaciones del ser humano con su prójimo y con el mundo, dando forma a un magnífico ejercicio literario que se enriquece, aún más si cabe, con las ilustraciones creadas por el propio Antoine de Saint-Exupéry. Sin duda, El Principito es una de las obras indispensables de la literatura universal.
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