jueves, 28 de noviembre de 2024

El abad de los locos

 Os presento en esta entrada El abad de los locos, de Montserrat Rico Góngora (ed. Dieresis, 2024), novela ganadora de la 2ª edición del Premio de Novela Histórica de Vallirana (Barcelona).

Una deliciosa novela que todos los aficionados a la novela histórica van a devorar y que impresionó al jurado del Premio de Vallrana «por su gran riqueza al recrear el lenguaje y la sociedad de la época, así como por su impecable técnica literaria, que consigue situar la novela como una digna sucesora de la mejor tradición de la novela picaresca y de humor, con un trasfondo de crítica social».

 La historia tiene todos los ingredientes para convertirse en plato irresistible para los lectores con curiosidad por descubrir episodios poco conocidos de nuestra historia, narrados con rigor y un cuidado estilo. En esta caso, en pleno auge de la Inquisición, asistimos al ascenso y caída de una jov

en que pasa de santa a bruja en el opresivo ambiente de una población de la Cataluña rural. Solo un pícaro enamorado sabe la verdad del presunto milagro.




Sinopsis

Barcelona, septiembre de 1714. Unos días antes de que la ciudad sucumba frente a las tropas de Felipe V, una bala impacta en el convento de Santa María de Junqueras. La explosión arranca los albañales, destroza los canteros de piedra y consigue desellar una fosa del claustro. En su interior aparece el cuerpo incorrupto de una mujer y con él la necesidad de desentrañar el milagro inexplicable. El protagonista-narrador, Galcerán de Viladrau, tendrá que comparecer en breve ante el padre provincial y el vicario general de la diócesis para testificar por este hecho sobrenatural.

El suceso nos retrotrae treinta años antes, cuando Galcerán, hijo de catalanes emigrados al sur de Francia ―en el marco de las guerras por la posesión del Rosellón― acude a la población de Rupit para recibir la herencia de su tío, un peculiar solterón que acaba de ser nombrado festivamente "abad de los locos". Allí, la vida del protagonista cambiará para siempre. Viviremos la intrahistoria fascinante de un enclave rural que antaño estuvo marcado por los procesos calamitosos contra varios brujos, que amenazan con repetirse ahora para escarmiento de una mujer en cuyas manos han aparecido supuestos estigmas. Calificada de santa por unos y de bruja por otros, se abre un enconado debate público que amenaza la convivencia de todo un pueblo, una parte del cual también aspira a enriquecerse con el milagro.


La novela 

La autora, como explica ella misma, «intenta captar la sensibilidad de una época en tránsito desde los paradigmas sociales medievales hasta los de la época moderna y la Ilustración»

Recoge una serie de acontecimientos históricos clave de finales del siglo XVII y principios del XVIII, como la invasión francesa de Catalunya y, más adelante, la Guerra de Sucesión y el asedio de Barcelona en 1714, a través de una narración amena y llena de intriga, que atrapa al lector desde la primera página. 

La diversidad de tramas superpuestas a lo largo de la novela la convierten en una obra atractiva para todo tipo de lectores, aunando amor, intriga, traiciones y comedia picaresca.


La autora 

Montserrat Rico Góngora es una escritora consolidada, colaboradora habitual en numerosos medios de prensa especializados en historia. Participa activamente en tertulias literarias, talleres de escritura y jurados de certámenes poéticos. Como escritora ha publicado narrativa, relatos breves, poesía, cuento, artículos históricos, ensayos y diversas publicaciones académicas. Durante su carrera, ha sido galardonada con numerosos premios. Como poeta recibió en 2006 el galardón en los XXXIII Juegos Florales del Campo de Cartagena. En 2014 fue finalista del Premio de Novela Ateneo de Sevilla y en 2016, ganadora de Premio Albert Jovell de Novela. Entre los títulos de sus novelas destacan: La abadía profanada (2007), Pasajeros de la niebla (2009), La caída de Babilonia (2014), La Ciudad de los demonios (2016) y 1526. El emperador debe morir (2022). Pero, pese a todos estos galardones, como reconoce la propia Montserrat, «nunca escribo nada para presentar a un premio, porque sería cambiar la figura del escritor por la del apostador, y yo no hago apuestas».

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