EL LIBRO PARA CONOCER LOS EFECTOS DE UNA EXPOSICIÓN PRECOZ Y MAL GESTIONADA DE LAS PANTALLAS EN LA INFANCIA Y PODER EVITARLOS.
Cerebro y pantallas, de María Couso (Deusto, 2024) nos muestra cómo las pantallas impactan en el desarrollo cognitivo en la infancia y la adolescencia.
Estamos ante un libro imprescindible para padres y profesores, pero también para todos aquellos que quieran descubrir los efectos de las pantas en nuestros cerebros, especialmente en los más pequeños.
La autora nos ofrece un estudio detallado, con ejemplos prácticos en los que todos nos vamos a reflejados en situaciones cotidianas de la vida que nos van a sorprender al mostrarnos cómo nos hemos dejado invadir por la revolución tecnológica sin pararnos a reflexionar en sus efectos negativos mentales, físicos y sociales.
El impacto grave que supone una prematura exposición a las pantallas durante la infancia y la falta de control en la adolescencia es un hecho. Cuando la tecnología ya está en cada una de las habitaciones de nuestros hogares y escuelas, tanto las familias como el profesorado necesitan los datos, la experiencia y sobre todo las pautas y los recursos para evitar un uso precoz de las pantallas y reconducir las malas conductas.
María Couso, reconocida divulgadora en educación y juego y autora de Cerebro, infancia y juego, nos ofrece un libro único e imprescindible en un momento en el que el sistema educativo debe repensar el uso de las pantallas para un mejor desarrollo de nuestros pequeños y jóvenes.
Las pantallas no son un juego de niños. Es imprescindible conocer los efectos de una exposición precoz y mal gestionada y repensar el uso de las pantallas.
María Couso, reconocida divulgadora en educación y juego, fundadora de WWW.PLAYFUNLEARNING.ES y autora del long seller Cerebro, infancia y juego, nos cuenta cómo las pantallas impactan en el desarrollo cognitivo en la infancia y la adolescencia.
Cuando la tecnología ya está en cada una de las habitaciones de nuestros hogares y escuelas, tanto las familias como el profesorado necesitan los datos, la experiencia y sobre todo las pautas y los recursos para evitar un uso precoz de las pantallas y reconducir las malas conductas.
Mira hoy a tu alrededor, ¿qué ves cuando estás en cualquier restaurante? ¿No hay acaso niños sentados embelesados ante una tablet o un móvil con la atención totalmente secuestrada y ajenos a todo lo que ocurre a su alrededor? Hay incluso adultos dando de comer a bebés y niños sentados ante una pantalla, como si para ingerir un alimento tuvieran que estar entretenidos. Hay también adolescentes y jóvenes comiendo en otras mesas con sus propios móviles en la mano y hasta con auriculares cuando quienes se sientan en la silla de al lado son sus padres o sus amigos.
Si hay un tema que está presente en las conversaciones de las familias y las escuelas, es el que plantea la pedagoga María Couso en este libro: las pantallas y sus posibles relaciones, intrusiones, presencias y ausencias en el día a día de los hogares y de las aulas.
Con Cerebro y pantallas, María Couso, gran referente en el juego como herramienta pedagógica, se suma a la mirada más neuroeducativa, acercando las bases del funcionamiento del cerebro al argumentario que traza sobre la sobrexposición a las pantallas.
Para ello, la autora describe escenarios con los que el lector podrá sentirse fuertemente identificado, enlazándolos a través de un lenguaje cercano y ameno con datos e investigaciones que aportan solidez a la lectura. Partiendo de la premisa de que el conocimiento empodera, María Couso acerca múltiples temas al lector, desde los efectos en el circuito atencional, la alteración de los ritmos circadianos, el desarrollo del lenguaje, la gestión de las emociones o el abuso de los videojuegos y las redes sociales. Asimismo, cuestiona la información proporcionada por investigaciones sesgadas que avalan los beneficios del uso de pantallas en menores, detrás de las cuales se encuentra a menudo la propia industria tecnológica.
En este sentido, en Cerebro y pantallas la pedagoga expone la necesidad de dejar atrás las tradicionales preguntas dicotómicas entorno al uso de las pantallas —¿pantallas sí o pantallas no?, ¿prohibir o permitir?, ¿adictos o amantes?, ¿papel o pantalla?— e ir en otra dirección que nos permita reflexionar sobre los usos que se le da a esta herramienta.
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