lunes, 24 de abril de 2023

La lógica de la luz

 La lógica de la luz, de Cristina Casar Scalia (Duomo, 2023) es un nuevo y espinoso caso de Vanina Garrasi, la investigadora acogida con un entusiasmo enorme.

Investigación criminal, relaciones personales y gastronomía se mezclan en una novela para degustar sorbo a sorbo, página a página. Una autora a la que ya se compara con el gran Andrea Camilleri y que tiene voz propia, abriéndose camino entre la élite del género policíaco italiano, que sigue subiendo el nivel con obras de calidad como esta novela. 

Con un estilo cuidado, un ritmo perfecto, ágil en su desarrollo y detallado en la presentación de personajes y escenarios, la lectura se convierte en una experiencia muy entretenida y recomendable. 



Cristina Cassar Scalia es originaria de Noto, localidad al sur de Sicilia. Oftalmóloga de profesión, vive y trabaja en Catania. Ha alcanzado el éxito en Italia con la serie de su subcomisaria siciliana, que, por el momento, conforman los títulos Arena negra, La logica della lampara, La salita dei Saponari, L’uomo del porto y Il talento del cappellano, todas protagonizadas por la subcomisaria Giovanna Garrasi, también conocida como Vanina. La popularidad de sus novelas criminales ha impulsado la creación de una serie de televisión basada en las historias de la subcomisaria.

 

La novela comienza con dos episodios, en principio aislados, pero que rápidamente la perspicaz subcomisaria de la Policía Judicial, Vanina Garrasi, relacionará en su investigación. 

El primero, se produce a las cuatro y media de la mañana. Desde su barca, el doctor Manfredi Monterreale y Sante Tammaro, periodista de una publicación digital, vislumbran en la costa a un hombre que arrastra con dificultad una gran maleta y la arroja entre las rocas. 

Tammaro, siempre obsesionado con descubrir la exclusiva de un caso importante o desenmascarar algún complot delictivo, deja volar su fértil imaginación y se dispone a jugar a detective para descubrir qué hay en el interior de la maleta. Su amigo Manfredi intenta disuadirle, como siempre, pero ya es tarde. Tammaro contacta con un inspector amigo suyo, del equipo de la protagonista, que sabe que el periodista "aparte de una ferviente imaginación, también tenía buen olfato y, de vez en cuando, daba en el clavo". Podría ser que esta vez fuera así. 

Poco después, Vanina recibe una llamada anónima: una voz femenina dice haber presenciado esa misma noche, en un chalé junto al mar, el asesinato de una chica. La subcomisaria "no cree en las casualidades hasta que no ha demostrado que lo son de verdad" y eso es algo que, en su experiencia, "raramente sucede". Está convencida de que esta vez, tampoco. 

Comienza así una investigación cada vez más compleja y delicada, con intereses de poderosos personajes y en la que se va a ver implicada de forma personal. Junto a ella, su peculiar equipo policial, la vecina Bettina en la que encuentra un remanso de tranquilidad, la ayuda del comisario jubilado Biagio Patanè, convertido ya en «compañero estable», el fiscal de turno con el que choca constantemente y, entre medias, su situación sentimental, en la que cree haber pasado página, pero que todavía va a depararle sorpresas. 

El caso parece que no se sostiene y Vanina necesita encontrar una prueba que le permita poner en marcha una investigación seria. Conforme vaya avanzando, tendrá la sensación que de algo se le escapa y tendrá que resolverlo mientras todo se complica a nivel profesional y personal, con giros y revelaciones hasta la última página. 

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