lunes, 27 de marzo de 2017

Gamberro y caballero, de Miguel Lago

Si estás harto de lo políticamente correcto del "buenismo" hipócrita que se ha apoderado de la vida pública, de las poses que hay que adoptar en público para no ser víctimas de la dictadura del pensamiento único, estás de enhorabuena, el humorista Miguel Lago nos ofrece un manual de retranca gallega, gamberrismo, ironía, hartazgo con Gamberro y caballero (Esfera de los Libros, 2017).

Un libro que llega como un soplo de aire fresco para reírnos de lo cotidiano con situaciones y personajes que vamos a identificar y, en algunos casos, nos veremos reflejados. Y de esto va el libro, de reírnos de todo y también de nosotros mismos. Con prólogo de Christian Gávez e ilustraciones del cómico Agustín Jiménez, en una faceta que me ha sorprendido, el libro se puede leer del tirón o ir saboreando capítulo a capítulo porque el formato de capítulos cortos e independientes invita a tenerlo a mano e ir disfrutando sorbo a sorbo, degustándolo como merece.


Miguel Lago (Vigo, 1981) no ha cejado en su empeño de hacer reír al público desde que debutó sobre el escenario de El club de la comedia en 2000, en su primer certamen amateur, siendo un imberbe de dieciocho añitos. Ha pasado por Comedy Central (cómico del año 2012), Antena 3, Telecinco... y regresó a El club en 2015 pero ya con más pelo en la cara y en su versión «profesional». Su estilo directo, libre y sin censura le ha convertido en una referencia en el mundo de la comedia y, por qué no decirlo, en objeto de la crítica de la «policía del humor» que tan presente está en estos tiempos de lo políticamente correcto.

Como actor ha trabajado en Curso del 63, su secuela Curso del 73 y, más recientemente, en la serie de Netflix Las chicas del cable. También canta (mal), baila (peor) y ahora resulta que escribe, algo esperado como licenciado en Filología Hispánica que es y autor de todos sus espectáculos, y en este caso lo hace manteniendo esa manera tan suya de contar las cosas llena de sarcasmo, un puntito de mala leche y mucha retranca, que para eso es gallego. Su obra Soy un miserable disfruta actualmente de un más que notable éxito en los teatros de toda España.

En este libro cuenta con la colaboración de Agustín Jiménez, otro monstruo del humor que se presenta como "un señor de edad indefinida y cuerpo de atleta de circo centroeuropeo. Ha ilustrado libros de humor, periódicos, manuales de enseñanza e incluso ¡libros de matemáticas! También pinta menús de bares. La realidad es que trabaja de actor y comediante únicamente para pagarse el papel y la tinta, así cuidamos a nuestros artistas. En fin..."

Pues con estos mimbres podemos imaginar el cesto resultante... un derroche de ingenio. humor y mala leche que se disfruta de principio a fin y en el que ha para todos, nadie se escapa. Abuelos, padres, usuarios de redes sociales, de gimnasios, de karaokes, niños, tatuados, profesores, caseros, maniáticos, etc.

Situaciones cotidianas, del día a día, que a todos nos sacan de quicio pero ante las que hay que poner buena cara y sonreír. Pues, no, se terminó. Vamos a sonreír, pero por otro motivo, porque nos vamos a reír de todo gracias a Miguel Lago y a su peculiar forma de mirar el mundo.

Puedes comprar el libro en Popular Libros.

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