lunes, 22 de julio de 2024

El enigma de los gatos asesinados

En El enigma de los gatos asesinados (Siruela, 2024), la pluma de Blackmon, maestra indiscutible del Had-I-but-known, destaca aquí una vez más tanto por su inquietante y fluida trama como por la ironía y sagacidad de su atípica detective.

Después de cautivarnos con "Asesinato en el Richelieu",  Siruela nos ofrece la segunda novela de Blackmon protagonizada por el genial personaje de Adelaide Adams, una solterona descreída, ácida, deslenguada y sagaz, que se verá involucrada, a su pesar, en casos complicados y enigmáticos que sacarán a la luz todas sus capacidades de observación y deducción. 

Con dosis de humor y un ritmo muy ágil, la lectura se convierte en un disfrute, consiguiendo una curiosa combinación entre el género clásico policíaco y la novela negra actual, algo sorprendente al tratarse de una obra escrita en el año 1938. 

Esta autora, en su primera novela, me supuso un grato descubrimiento que ha quedado confirmado con esta segunda obra. Otro gran acierto de Siruela, que sigue deleitándonos rescatando tesoros del pasado que merecen ser descubiertos en el presente. 


Cuando Adelaide Adams recibe una postal de su amiga y rival Ella Trotter desde los Ozark, se da cuenta enseguida de que algo va mal. Sus palabras demasiado alegres y su petición urgente de un libro sobre fenómenos paranormales resultan de lo más sospechoso; además, habla de una estancia en el Hotel Lebeau salpicada de insólitos incidentes y sesiones de espiritismo.

El responsable de todas las sugestiones sobrenaturales entre los huéspedes resulta ser el profesor Matthews, quien intenta ponerse en contacto con la hija del millonario Thomas Canby, fallecida por suicidio un año atrás. Cuando, durante la última sesión, el propio magnate aparece asesinado, la situación degenera hasta tal punto que el sheriff no encuentra más solución que arrestar al profesor. El asesino, sin embargo, no parece dispuesto a parar; y si a ello se añaden varios gatos destripados y una tormenta que impide cualquier conexión con el pueblo, hay elementos de sobra como para que, en una inesperada alianza, Adelaide y el periodista Chet Keith intenten desentrañar el enigma del Lebeau.

 

Anita Blackmon (Augusta, 1892-Little Rock, 1943), tras abandonar su carrera como profesora, decidió centrarse por completo en la escritura y publicó cientos de relatos cortos en diversas revistas. Sus únicas dos novelas, ambas de misterio, fueron Asesinato en el Richelieu (1937) y The Riddle of the Dead Cats (1938), ambas protagonizadas por la sin par Adelaide Adams.

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