"No mentiré, no mentiré, no mentiré, no mentiré, no mentiré, no mentiré, no mentiré, no mentiré, ..."
Un psicothriller en el que todos mienten... ¿o no?
Mentirosa, de Justine Larbalestier (ed. Versátil, 2011) es una novela original, atrevida, que no te deja indiferente y con un final que saboreas durante tiempo, dándole vueltas a todo lo que has leído intentado encontrar la verdad en medio de un compendio de mentiras.
La protagonista y narradora de la novela es Micah Wilkins, una adolescente de Manhattan que comienza la narración con una promesa al lector:
“Mi padre es un mentiroso; como yo.
Pero yo voy a dejar de serlo. Tengo que hacerlo.
Te contaré mi historia y lo haré sin rodeos. No más mentiras, no más omisiones.
Esta es mi promesa.
Esta vez va en serio”.
Desde este momento comienza un juego entre la narradora y el lector, en el que Micah relata los sucesos ocurridos en el momento en el que su novio Zach aparece asesinado. La policía comienza una investigación en la que el testimonio de Micah puede resultar clave, pero existe un problema, la joven es una mentirosa compulsiva. La desaparición de una alumna desatará todo tipo de miedos y sospechas sobre la existencia de un asesino en serie.
Micah alterna la narración de los sucesos posteriores a la muerte de Zach con episodios en los que nos cuenta su vida, presentándonos a su familia y desvelando la existencia de una extraña enfermedad que ha heredado de su padre y de la que iremos conociendo los detalles. También narra su llegada al instituto. Quería empezar una nueva vida, sin que la señalasen como mentirosa, pero desde el primer día comienza mintiendo sobre su identidad y en dos semanas se había ganado la reputación de mentirosa y farsante.
La franqueza de Micah hace que el lector se siente confiado en que, por esta vez, la joven está contando la verdad, pero conforme avanza la narración todo se volverá más complicado y comenzaremos a sospechar que podemos estar siendo víctimas de un juego de engaños y mentiras. Son muchas las preguntas que se irán planteando a lo largo de la narración, ¿por qué miente Micah?, ¿qué es verdad y mentira en su relato?, ¿está siendo franca con nosotros? Y, la más importante, ¿nos estará mintiendo sobre el asesinato de Zach? Si es así, se abre un abanico de posibilidades de lo más inquietante…
Sumergirse en la lectura del libro resulta toda una aventura por el planteamiento tan original e interactivo que nos plantea la autora. Se nos exige un ejercicio de confianza en la narradora, aunque nos sentiremos desprotegidos ante su currículum de mentiras. A lo largo de la novela crecerá la desconfianza por las revelaciones y sorpresas que nos deparará la protagonista. Participaremos de sus sueños, reflexiones, fantasías y también perversiones, sin saber muy bien sí podemos creer lo que nos está contando.
La novela, además de la propuesta diferente que nos ofrece, nos invita también a reflexionar sobre la esencia de la mentira, sobre la existencia de una hipocresía y unas falsas apariencias en nuestra sociedad que damos por buenas, mientras nos escandalizamos ante otro tipo de mentiras. También se nos muestra la influencia de la educación en la familia, ya que Micah ha crecido en medio de mentiras y secretos, por lo que afirma “con tantas mentiras en la familia, ¿te sorprende que haya acabado siendo como soy?”. Esta historia nos muestra también la necesidad de ser sinceros, ser coherentes con lo que hacemos y decimos, decir la verdad en medio de un mundo en el que reina la mentira.
Micah se presenta como una adolescente confundida a la que la muerte de su novio le ha dejado como un barco a la deriva y dice que necesita contarnos la verdad como forma de echar el ancla. ¿Será cierto lo que nos cuenta? No te queda otra opción que comenzar a leer…
Puedes comprar el libro en Popular Libros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario