Lo primero que llama la atención de la novela es el apellido de su autor, y es que estamos ante un Medici que, según sus declaraciones a la agencia EFE ha necesitado mucho tiempo para “asumir su posición dentro de una familia con siglos de historia”.
Pero en esta novela hay algo más que el apellido curioso del autor, Las cartas robadas nos ofrece una historia muy interesante, plagada de detalles históricos y atractivos personajes, “en la que relata uno de los episodios más desconocidos de sus ilustres antecesores”. Con una narración que oscila entre el S. XVII y la actualidad, el autor realiza, además de una apasionante intriga histórica, una reflexión sobre la crisis mundial actual que se resume en una de las frases de la novela: “la gente más irreprensible es a veces la que peores cosas hace, según su autor”. La ambición, la codicia y los intereses personales siguen siendo las motivaciones de la mayoría de los seres humanos, no importa de qué siglo hablemos, la gente no cambia.
En cuanto a la trama, acompañaremos en la actualidad a la norteamericana Ann Carrington, de 41 años, profesora de historia de la Universidad de Brown, en su viaje a Italia donde ha quedado con el profesor Gianni Scopetta, profesor de la universidad de Florencia. Ann y Gianni han intercambiado información por internet sobre documentos históricos, y el profesor ha despertado su curiosidad al afirmar que poseía correspondencia oculta de la reina María de Médicis, que nunca había salido a la luz, y que revelaba uno de sus secretos mejor guardados. Ann estaba escribiendo una biografía sobre la reina y los documentos de Gianni podían serle de mucha ayuda.
Pero todo se complica cuando el profesor Scopetta es asesinado, provocando toda una serie de interrogantes, ¿Quién está detrás de este asesinato? ¿Qué intereses se esconden tras la investigación que estaba llevando a cabo el profesor Scopetta? ¿Podrá Ann Carrington continua con ella y descifrar el código que Rubens utilizaba para comunicarse con la reina María de Médicis?
Con la ayuda de un inspector de policía y de la viuda del profesor, Ann se sumerge en una peligrosa investigación, con múltiples giros que sorprenderán a la protagonista y al lector, en una carrera contrarreloj en la que descubrirá que no es la única participante.
El relato de Ann se alterna con la intriga histórica que comienza en París, en el año 1623. Allí encontramos a María de Médicis, la reina madre, que se siente sola al vivir rodeada de centenares de personas, pero no poder fiarse de ninguna. Además, parecía que todo aquello que emprendía últimamente acababa volviéndose en su contra. María planea un proyecto secreto para volver al poder pero se enfrenta a un chantaje por un misterioso personaje.
La reina madre ha encargado a Rubens pintar la galería del palacio de Luxemburgo que se estaba construyendo, pero confiará en él para una misión secreta, que requiere la máxima discreción. Los movimientos de la reina despertarán el interés de Richelieu y serán controlados por sus espías.
Por su parte, Rubens se verá en una encrucijada, siendo el hombre de confianza de la reina a la que, a su vez, espía por encargo de la infanta Isabel Clara Eugenia que gobernaba los Países Bajos en nombre de su sobrino, el rey Felipe IV de España. Asistiremos a todo tipo de intrigas, traiciones y conspiraciones en una trepidante aventura cuyas piezas sueltas encajarán con el relato que se desarrolla en la actualidad.
Las cartas robadas es una novela muy entretenida, una historia donde “nadie es lo que parece y hace preguntarse al lector sobre la bondad o maldad de sus protagonistas a lo largo del relato".
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