“La prueba del ácido”, del escritor mexicano Élmer Mendoza (ed. Tusquets, 2011) es el segundo título de la serie de novelas policíacas protagonizadas por Edagar "El Zurdo" Mendieta, policía de Sinaloa.
"El Zurdo" ya fue protagonista de la novela "Balas de plata". Estamos ante un peculiar policía del que encontramos una acertada descripción en Biblioteca Negra: "es un policía de Sinaloa hundido por el abandono de su mujer y que duda de su propia cordura. En un mundo donde la línea entre el bien y el mal no parece existir, “el Zurdo Mendieta” sólo cuenta con su coraje y su dignidad para hacer frente a la realidad corrupta de la sociedad sinaloense."
La novela comienza con el cruel asesinato de una bailarina de striptease, a la que el protagonista había conocido con anterioridad. Inicialmente sospechan que pueden encontrarse ante una asesino en serie, pero la investigación les sumergirán en el mundo narcos, a los que el presidente del gobierno acaba de declarar la guerra, provocando que el país se convierta en un polvorín, una bomba de relojería a punto de estallar.
La trama se irá complicando con la aparición de diferentes personajes y episodios en apariencia inconexos: un contrabandista que acepta encargos de los buenos, de los malos y de los peores; empresarios y políticos corruptos; coleccionistas de objetos de rockeros; un atentado contra el padre del presidente de los Estados Unidos en una reserva de caza o el asesinato de un agente del FBI que odia México. Hay que advertir que la lectura de la novela es compleja, por un estilo denso y por la inclusión de múltiples expresiones mexicanas. Hay que acostumbrarse al estilo y lenguaje para cogerle el ritmo a la narracción.
El protagonista se enfrentará a demonios personales para poder resolver un caso que se irá complicando cada vez más. Su situación personal no será la mejor, ya que al comienzo de la novela le encontramos despertando con preguntas existenciasles, “¿quién soy?, ¿quién dice que hago lo correcto?, ¿qué valgo?, ¿en qué punto de mi vida me equivoqué?, ¿vale la pena vivir?”, a las que él mismo contestará de forma contundente: “soy un idiota sin amor, sin éxito, con una profesión vilipendiada; un pendejo de cuarenta y tres años viviendo solo, en casa de su hermano, sin padre, y lo que es peor: sin madre; un desgraciado sin un maldito divorcio porque jamás me casé… soy un fracasado, un pobre infeliz sin más futuro que ser un desgraciado nadie, porque un don nadie es demasiado”. La evolución del personaje será uno de los alicientes de la historia.
Título recomendado especialmente para los que quieran explorar diferentes estilos dentro del género policíaco.