Los monólogos tratan todo tipo de temas, política, economía, religión, cultura, prensa rosa, etc., no hay área social que no quede retratada de forma divertida. Cualquier noticia o episodio curioso puede dar pie a un monólogo. Así, por ejemplo, encontramos uno sobre la adolescencia, que según un estudio se puede alargar hasta los 25 años, lo cual da pie a esta afirmación, “Hasta ahora, solo se habían detectado dos casos de adolescencia perpetua: Heidi y Leticia Sabater”. Y es que la mirada crítica de Buenafuente y sus guionistas no deja títere con cabeza.Temas como el miedo, dan lugar a reflexiones metafísicas como ésta, “¿por qué nos cagamos de miedo y, por el contrario, nos meamos de risa?, ¿pueden intercambiarse los valores? ¿Te puedes cagar de risa y mearte de miedo? O ¿puedes tener mucho miedo y reírte, y cagarte y mearte del susto, todo a la vez?”. El monólogo sobre el miedo termina con una afirmación sobre la política con la que, tristemente, todos nos identificaremos: “Lamentablemente, en esto del miedo, la realidad siempre supera a la ficción. Si el hombre lobo se presentara a unas elecciones, yo le votaría. Por lo menos, sabes que te va a quitar el sueño solo cuando hay luna llena”.
Pablo Motos lo explica perfectamente en el prólogo, “el ser humano solo se ha repuesto y ha sobrevivido en tiempos malos gracias al humor”, así que “relájate y disfruta de esta joyita”...
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3 comentarios:
Aunque no te lo creas, no he visto ni un solo monólogo de Buenafuente nunca, ni su programa ni nada. Lo mismo me animo a leer este libro, que vienen bien de vez en cuando unas dosis de humor.
Pues vale la pena. Y si quieres, ver en youtube los videos de Buenafuente y Leopoldo Abadía, no te los pierdas. ¡No tienen desperdicio!
El Buenafuente merece la pena, es cierto y con este libro se ha de pasar un buen rato; aunque no sé si perderá gancho, por el hecho de no verle los gestos, que en sus monólogos son complementos imprescindibles.
Un saludo.
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