Sé que habrá muchos que, en el momento en el que vean que estas memorias son de César Vidal, tacharan al personaje de facha, también al libro e incluso a este blog. Es la triste realidad de un país en el que nos quieren etiquetar y dividir haciéndonos creer que solo hay dos verdades absolutas, la izquierda o la derecha. El que piense así se perderá la oportunidad de aprender y enriquecer su vida con opiniones y reflexiones que valgan la pena, vengan de donde vengan. Este es el espíritu de este blog, en el que encontraréis libros y autores de todas las ideologías, intentando seguir la premisa bíblica: “Examinadlo todo y retened lo bueno”.
La figura de César Vidal abarca muchos aspectos que pueden resultar interesantes, en lo espiritual, literario, histórico, político y periodístico. Estas memorias recorren todas estas áreas de su vida, por lo que habrá lectores que se identifiquen más con algunas partes que con otras, o también los que coincidan en todo o en nada. En mi caso, el libro tiene dos partes muy diferenciadas que me han provocado reacciones encontradas.
Antes de analizar su contenido, solo un par de detalles que creo que son fundamentales en el libro. En primer lugar, el título hace referencia a una realidad que el autor señala como una constante, tanto en las diferentes etapas de su vida como en su existencia en general, y es que “no ha venido para quedarse”, una realidad que hace extensiva a todo ser humano y que nos invita a pensar sobre la transitoriedad de la vida. En segundo lugar, los episodios que narra no son simples relatos con mayor o menor interés, sino que le sirven también para reflexionar y compartir las lecciones aprendidas en cada uno de ellos.
En las primeras trescientas páginas he disfrutado con el relato de la infancia y juventud del autor, con un magistral retrato de la España franquista que sorprenderá por sus críticas a los que califican al autor de facha. Estas páginas se devoran en un suspiro, recorriendo su infancia, cómo se despertó su interés por la lectura, sus primeras amistades, la influencia en su educación de su padre y de los diferentes profesores que tuvo.
En esta parte el autor señala las consecuencias negativas de la omnipresencia de la iglesia católica en todas las esferas de la sociedad española y, concretamente, en su propia vida. Movido por el temor de Dios y un sincero deseo de buscar la verdad, comenzará un peregrinaje espiritual que narra con maestría, plasmando su decepción con el catolicismo y cómo cayó en las garras de la secta de los Testigos de Jehová quienes, en un principio, dieron respuesta satisfactoria a sus inquietudes espirituales.
Estas páginas están plagadas de intensidad y emoción, el autor abre su corazón para advertirnos sobre las técnicas de manipulación utilizadas por las sectas, el chantaje emocional, los métodos de captación y los errores que podemos cometer cuando nos acercamos a sus enseñanzas. Esta parte le sirve también al autor para realizar un retrato de la sociedad en la década de los setenta que nos ayuda a comprender el éxito que tuvo esta secta y sus curiosos paralelismos con la iglesia católica.
El colofón al peregrinaje espiritual del autor lo encontramos en la parte que, en mi opinión, es la más interesante del libro. Su increíble formación académica le permitió leer el Nuevo Testamento en griego siendo muy joven y abrir los ojos a la verdad. De esta forma pudo comparar la fe cristiana con el resto de religiones para llegar a la conclusión de que era la verdad y descubrir con fascinación la salvación por gracia.
Con fascinación asistimos al relato de su conversión, la única decisión en la que vino para quedarse, “por toda la eternidad”. Comienza así una nueva vida en la que la siguiente etapa será su carrera de abogado, con dos cuestiones a las que se dedicará todas sus energías de forma altruista y cuyo relato resulta también fascinante: “el reconocimiento legal del derecho a la objeción de conciencia y a paliar los efectos del problema que representan las sectas”.
A partir de aquí, después de dejar la abogacía y adentrarse en otras áreas como la docencia, la literatura y el periodismo, comienza lo que a mi entender es una segunda parte de las memorias, en las que narra las razones por las que abandonó la izquierda y realiza un recorrido por los gobiernos de Aznar, Zapatero y Rajoy donde encontramos la cara más polémica y controvertida del autor. Es aquí donde encuentro algunas contradicciones en su persona. Después de relatar cómo conoció la verdad y comenzó una relación personal con Dios, descubriendo su gracia y su misericordia, resulta contradictorio ver el desprecio y tono prepotente con el que se refiere a otras personas, incluso jactándose de su malicia innata en la que afirma superar a Federico Jiménez Losantos. También echo de menos más humildad, especialmente en los autoelogios que dedica a su formación académica y a su obra literaria, algo que, aún siendo verdad, hay que dejar que lo hagan terceros.
Pero estoy seguro que esta segunda parte será la que llame la atención de muchos lectores, interesados por las polémicas relacionadas con el 11-M, su paso por la cadena COPE y las razones de su salida de EsRadio. Si es así, estoy seguro que no van a quedar defraudados.
Son muchos los frentes abiertos en la vida de César Vidal y cada lector podrá identificarse o sentir interés por unos más que otros, independientemente de que coincida o no con las posturas defendidas por un autor que, eso sí, comienza el libro con un prudente resumen sobre una vida que siempre ha estado vinculada “al mundo clásico, a la búsqueda de una relación cercana y estrecha con Dios y a la conciencia y al deseo de ser bueno. Cuestión aparte, por supuesto, es que haya tenido más o menos éxito”.
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