domingo, 27 de junio de 2010

"El eco de la memoria"

En la novela "El eco de la memoria", de Richard Powers (ed. Mondadori, 2010), ganadora del "National Book Award" nos sumergimos en los misterios del cerebro y la memoria.


Una fría noche de invierno, Mark Shluter vuelca con su camión en un tramo desierto de la carretera. "Un ángel de la guarda" avisa de forma anónima del accidente y Mark es trasladado al hospital Buen Samaritano donde entra en coma. Su hermana Karin, recibe una llamada del hospital y regresa a Kearney, su ciudad natal, para cuidar de Mark.

Karin trabaja en el departamento de atención al cliente de una empresa de ordenadores y aparatos electrónicos. Después de un pasado conflictivo había conseguido estabilizar su vida, con un trabajo que le gustaba, un apartamento nuevo y una prometedora relación sentimental. La llamada telefónica trunca su tranquilidad, "la realidad había dado una vez más con ella".

Lo sacrifica todo por estar junto a él y ayudarle. Sus padres fallecieron poco antes y sólo se tienen a ellos en el mundo. Cuando Mark despierta, se muestra confuso y de su boca sólo salen obscenidades y blasfemias. Pero poco a poco empieza una lenta recuperación. Mark llevaba una vida desordenada, juerguista, bebedor, rodeado de malas compañías. Karin ve la oportunidad de que Mark vuelva a ser el de antes, "ella haría que los dos empezaran de nuevo. Le haría recuperarse, le escucharía, le ayudaría a descubrir lo que él necesitaba ser".

La enfermedad de su hermano también es una oportunidad para que Karin pueda empezar de nuevo dejando atrás su confuso pasado. La mente de Mark va poniendo orden al caos producido por el accidente y recupera gran parte de la memoria, pero no identifica a Karin como su hermana, sino como una actriz que la está suplantando. Los médicos le diagnostican “el síndrome de Capgras”, una identificación errónea de personas. Después de haberlo abandonado todo por él, el comportamiento de su hermano resulta un mazazo para Karin.

Aún así, Karin permanece a su lado y buscará la ayuda del doctor Weber, un neurólogo cognitivo, que había conseguido un gran éxito por varios libros divulgativos sobre la materia. Weber vive obsesionado con desentrañar los misterios del cerebro y encontrará en el caso de Mark un enigma retador y fascinante que pondrá en tela de juicio todo lo que se conoce sobre ese síndrome.

Mark, por su parte, creyéndose víctima de una conspiración intentará buscar al “ángel de la guarda” que le salvó la vida y que dejó una nota anónima en su habitación del hospital: "No soy nadie, pero esta noche en la carretera North Line, DIOS me ha conducido a ti para que puedas vivir y traer de vuelta a alguien más".

La investigación del suceso resulta confusa, son diversas las teorías sobre lo que pudo ocurrir: intentos de suicidio, carreras ilegales, conductores suicidas u homicidio, y la mente de Mark no ayuda a poder aclarar lo sucedido. Conforme avanza la novela iremos descubriendo más detalles sobre las vidas de los protagonistas, desvelándose secretos de su pasado, relaciones anteriores cuyas secuelas vuelven a aparecer y se mostrará la necesidad de redención que tienen todos los protagonistas. La enfermedad de Mark provocará que tanto Karin como Weber se enfrenten a sus propios miedos y temores, descubriendo su verdadera identidad.

La novela es también una denuncia de los atentados contra la naturaleza, con las grullas de Kearney como protagonistas, las únicas testigos del accidente, millones de ejemplares que se estaban reduciendo por culpa de la acción del hombre, ya que “el único animal consciente de la creación había prendido fuego al lugar”.

Finalmente, lo mejor de la novela son las descripciones que se incluyen de los principales casos tratados por el doctor Weber. Tanto el síndrome que sufre Mark, como los que presentan los pacientes de Weber, nos hacen viajar al interior del cerebro, mostrando “el asombroso e infinito misterio que encierra el interior de la estructura más compleja del universo”. Pero no nos hagamos ilusiones, no hay respuesta a todas las preguntas planteadas porque "el cerebro es nuestro última frontera. Cuanto más sabemos de él, más cuenta nos damos cuenta de cuánto nos queda por saber".

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1 comentario:

Unknown dijo...

Me interesan mucho los libros que hablan sobre la mente humana. He escrito varias cosas sobre el tema y probablemente volveré a escribir, de modo que me vendrá bien introducirme en el mundillo. Me apunto el título. Gracias.